La verdad es que la acogida es buena, y la crítica en general habla de un disco sólido, con el clásico sonido Maiden pero encuadrada en un contexto más atmosférico que nunca, y con mucho de esa progresividad de la que tanto vienen hablando los músicos de la banda en los últimos años. De los temas poco más que añadir a lo expuesto, considerando además que cada quién tendrá una opinión distinta. A mí me han encantado "Isle of Avalon", "Talisman" y "When the Wild Wind Blows". Otros como "Coming home" (este podría estar en cualquier disco de Dickinson en solitario), "The Alchemist", o "Mothers of Mercy" también me han gustado mucho. Se habla de la intro, de ese tema, que en realidad son dos, "Satellite 15... The final frontier"; a mí la intro me parece espectacular, nunca han hecho nada parecido, y eso les honra. Si bien se nota que todo está retocado con efectos (supongo que cortesía de Smith), no es menos cierto que la atmósfera que recrea te mete de lleno en lo que va a ser el disco. La segunda parte del corte, "The final frontier", es un temazo para abrir un concierto; rockero, simple, directo... pedazo de solo de Smith... Adrian Smith es, en mi opinión, el gran protagonista de este disco, como lo fuera en "Somewhere in time", disco de 1986 que supuso la primera apuesta de Harris por lo progresivo. Lástima que en aquel momento no fuera acogido el disco como debiera (hoy nadie duda de su gran calidad). Respecto a Dickinson y su manera de cantar, dos cosas: la primera es que con los años que lleva en la carretera no se puede pedir que tenga el chorro de voz de hace 20 años. Ahora bien, la falta de llegada a ciertos tonos es sobradamente compensada con una mucho mejor entonación y vocalización de las frases. La segunda, Dickinson ha variado desde su vuelta su manera de cantar, y sobre todo a partir de "Dance of death", ha buscado en algunos temas formas teatrales que incluso ha escenificado en directo. A Bruce ya no le vale salir a comerse el escenario y al público vomitando (como él mismo dijo hace unos años en una entrevista) las letras, incluso más rápido de lo que podría recordarlas. Ahora Bruce disfruta de sus frases, las acaricia, las patea, las modela, las escupe cuando ha de escupirlas... Bruce canta y se recrea cantando.
Sobre si el título del disco tiene algo que ver con una eventual retirada y disolución de la banda, pues no creo. Más bien lo que creo es que reducirán su actividad de escenarios, pero no de creación. Y aún así, lo de los directos es relativo, porque hace ya años que decían que sólo iban a hacer una treintena de shows al año, y todavía se hacen 50 ó 60. Harris no sabe hacer otra cosa que dedicarse a Iron Maiden. Bruce no para quieto ni dos minutos. Nicko tampoco sabe hacer otra cosa que, aparte de sus clinics, dedicarse a Iron Maiden... Además, Smith se ha hecho, otra vez, un hueco importante en la banda, y es evidente que su aportación creativa aún no ha tocado techo.