Carlos, yo estoy un poco como tú; unos amigos míos habían ido a Madrid en 1988, aunque más por Metallica que por Maiden, y volvieron asombrados con la Doncella. Yo no pude ir, y acudir ahora a Bilbao, con un set list tan impresionante, y con alguna posible sorpresa (si tocan "Infinite dreams" y "Killers" me puedo morir de gusto allí mismo), es alucinante.