Quienes nos congregamos en la tardenoche de ayer para disfrutar de un nuevo show de Maiden fuimos testigos de algo extraordinario y excepcional. Y es que esta banda parece no tener techo. Más de 40 años sobre los escenarios no les han conducido a ser dinosaurios que aguantan con dignidad subirse a un escenario, como sí les ocurre a otras bandas longevas. No. Iron Maiden salió ayer a las tablas del Barclaycard y nos dieron a los presentes una auténtica lección de calidad, vitalidad y profesionalidad. Y es que ni siquiera los pequeños errores que los músicos cometieron pudieron empañar un concierto espléndido.
Ya conocíamos el setlist, sobre el que me ratifico: equilibrado y efectivo como pocos repertorios nos vienen ofreciendo en los últimos años, y dejando, en mi opinión, momentos magicos como cuando ejecutaron "Children of the Damned", "The Book of souls", "Powerslave", "Death or glory" o "Wasted years". Todos disfrutaron muchísimo el show; se les notaba motivados y contentos. Pero si alguien atrapó aún mas mi corazón, si hay posibilidad para ello, fue Bruce. A mi lado, Nomad me decía que Bruce se traía su show particular. En cierta manera así fue. El cantante asombró con su voz de 58 años, si bien tuvo alguna dificultad en algún tema... ya me gustaría a mí ver a más de uno en la piel de Bruce, desenvolviéndose en algunos temas con tal exigencia vocal. Bruce estuvo dinámico, y se veía claramente que estaba en su salsa. Cantó con rabia, corrió, bromeó... Es SU gira.
Reconozco que me costó entrar en el show al menos un par de temas. No sabría decir si fui yo o si el sonido inicial tampoco ayudaba, por lo menos en grada, donde al principio daba la sensación de eco o rebote. Pero luego se me pasó volando el show, y eso que tocaron durante casi dos horas.
Guiño curioso en la despedida cuando Bruce dejó a Nicko con el micro... Me hizo pensar...
La audiencia se portó, en su inmensa mayoría, aunque hubo quien no acabó de disfrutar de los temas nuevos. De hecho desde donde estaba pude ver como mientras sonaban los primeros acordes de "The Book of Souls" había gente que se iba a la barra o al baño.
Como conclusión... esta banda es especial. Muy especial. Ya, algunos me diréis que no os cuento nada nuevo. Pero lo cierto es que no mucha gente puede decir esto a día de hoy de su banda favorita, y nosotros sí, y ademas con la cabeza pero que muy alta.