Respecto de Riggs, yo creo que toda la cuestión se resume en lo siguiente: Iron Maiden no es sólo un grupo, ni siquiera una empresa... es un holding... es decir, un conjunto de empresas... que factura millones cada año... En este contexto, y antes de ser lo que hoy son, no es un secreto que Smallwood siempre fue un elemento controlador de casi todo, lo cual presumo se acrecentó con los años, hasta el punto de decidir cómo debería ser el concepto de una portada de Maiden... lo cual, evidentemente, coarta mucho al dibujante. Riggs es, tranquilamente, un 25% del éxito de Iron Maiden... porque independientemente de la música, que corresponde eminentemente a los músicos y al productor, sin las obras maestras de Riggs la banda no sería tan mundialmente conocidas, e Iron Maiden no vendería tantas camisetas; estoy seguro de que si una camiseta de Maiden costase lo que una de Cristiano Ronaldo o Messi, Iron Maiden facturaría en este tipo de merchandising tanto o más que el Real Madrid o el Barça... que es mucho decir... que estamos hablando de millones y millones de euros...
Es perfectamente entendible el hastío de un Riggs que fue pieza clave en toda la estrategia de publicidad de la banda, y al que literalmente parece ser que le obligan a hacer determinadas cosas, en lugar de ser el dibujante quién interprete lo que debe envolver el álbum. No obstante, habría que calibrar ciertas cosas. La portada de "No prayer..." es muy floja... ¿cosa de Riggs, o cosa del management? Los dibujos para "Somewhere back on tour" tampoco son la leche... No sé...
Respecto de la producción, sigo pensando que la cosa no va tanto por Shirley como por Harris. De hecho, "No prayer..." fue producido por Birch, si mal no recuerdo, y el sonido, para mi gusto, es bastante nefasto... Harris lleva años obcecado en intentar que los discos suenen como los directos... y además, tengo la ligera impresión de que Harris tiene mucha ascendencia sobre Shirley... algo que sólo consiguió con Birch al final, cuando Birch estaba a punto de retirarse del negocio.
Independientemente de todo... las camisetas de Iron Maiden se siguen vendiendo como rosquillas... lo cual, en parte, da la razón al management... y recordad, que a Smallwood no le importa tanto el arte como el dinerito... es su trabajo.