Yo creo que hay que valorar dos cosas: la primera, que el heavy metal es un estilo de música que ha sobrevivido con más que dignidad al paso de los años, y es algo indiscutible que es un rock que mueve a millones de personas en todo el mundo, lo cual se puede comprobar tanto en número de discos vendidos a lo largo de estos últimos 30 años, así como en la afluencia de gente que va a ver bandas de heavy metal (y otras variantes) a los conciertos. Desde este punto de vista, el heavy metal es ya desde hace unos años, quizá desde finales de los 90 del siglo pasado, un estilo musical más o menos respetado según el país: en USA, en países nórdicos, en UK, Portugal o en algunos países de Suramérica es muy respetado; en España y algún otro, pues no, aunque quizá eso tenga que ver con los "medios especializados" en cada país y la calidad de las bandas de cada país... Las compañías de discos y los promotores hace también muchos años que han visto el negocio con el heavy metal, que realmente es un volumen considerable. Es más; en casi cualquier artículo de prensa musical relativa a los "50 mejores discos del rock" se van colando con más frecuencia bandas heavies. En todo este contexto, es también innegable la ascendencia que Iron Maiden ha venido generando como banda protagonista en todo el movimiento, y los rechazos iniciales se han convertido, ante la evidencia, en la rendición de los medios a su música y su presencia. Ahora bien... esto ha ocurrido más o menos con muchas grandes bandas. Sin ir más lejos, los comienzos de The Rolling Stones no fueron nada fáciles, y fueron bastante machacados por buena parte de los medios musicales; hoy son toda una institución británica, y lo mismo podríamos decir de Black Sabbath o Judas Priest.
Lo segundo, y más centrado en Bruce, es que una persona que ha jugado con la muerte y se mantiene con vida pierde el miedo a ser políticamente incorrecto. En el caso de Bruce Dickinson, que además nunca se ha callado las cosas ni debajo del agua, todavía más, aunque es cierto que hoy hace las cosas con la mesura que dan los años. De todas formas, las grandes estrellas de rock que no necesitan de la imagen son más o menos iguales, y no han sido pocos los que han hecho discursos en recogidas de premios que han dejado a más de un organizador de eventos o director de medios de prensa musical temblando.